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06/05/2025 | EAPN - Actualidad
La Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN-ES) ha participado este lunes 5 de mayo en la Comisión de Juventud e Infancia del Congreso de los Diputados para abogar por un Pacto de Estado para la Erradicación de la Pobreza Infantil.
En la comparecencia, que ha corrido a cargo del presidente de EAPN-ES y EAPN Europa, Carlos Susías, se han señalado las preocupantes cifras de esta problemática: más de un tercio de los niños, niñas y adolescentes (34,6 %) se encuentra en riesgo de pobreza y exclusión social en nuestro país, según el Avance de Resultados del XV Informe ‘El Estado de la Pobreza’ de EAPN-ES, 2,8 millones de menores que ven sus derechos vulnerados cada día.
Frente a esta realidad, desde la entidad recuerdan que la pobreza infantil no es un fenómeno aislado, sino que está directamente relacionada con la situación de las familias, siendo la presencia de menores un factor de pobreza, lo que aumenta las probabilidades de reproducir esa situación en la futura vida adulta y provoca un círculo que se perpetúa generación tras generación.
MEDIDAS PARA UN PACTO CONTRA LA POBREZA INFANTIL
Para EAPN-ES, asumir el reto de erradicar la pobreza infantil, y la pobreza en su conjunto, es una cuestión de voluntad política, que exige el máximo consenso parlamentario, a diferentes niveles competenciales, y cuente con dotación presupuestaria suficiente, y la participación del Tercer Sector y de las personas con experiencia en pobreza.
En este sentido, la Red insta a que el futuro Pacto de Estado para la Erradicación de la Pobreza incorpore medidas específicas, pero también estructurales y ambiciosas, como el apoyo universal a la crianza, garantía de ingresos en todo el ciclo vital, o el fortalecimiento de los servicios públicos, especialmente en materia de educación, sanidad, garantía de una vivienda digna, y un sistema de protección de niñas, niños y adolescentes.
En el caso concreto de la prestación universal a la crianza, se ha recordado en la comparecencia que todos los países del norte y el centro de Europa disponen ya de esas ayudas. Y, por supuesto, acompañar esta iniciativa con políticas de conciliación y un sistema público de cuidados universal, para romper el círculo de pobreza tiempo-renta que afecta especialmente a hogares monoparentales y personas trabajadoras precarios.
Prevenir y erradicar la pobreza infantil supone, en definitiva, garantizar los derechos de los niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad y de sus familias. No hacerlo, por el contrario, es condenar a una parte de la infancia a la exclusión social en su niñez, en su vida adulta y, muy probablemente, también a sus futuras generaciones.