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18/12/2019 | EAPN - Actualidad
Este miércoles se celebra el Día Internacional del Migrante. En la actualidad, una gran cantidad de personas vive en un país distinto de aquel donde nacieron, el mayor número hasta ahora. La ONU calcula que hay 272 millones de personas migrantes en el mundo, un 80% más que hace 20 años, pero tan sólo representan el 3,5% de la población mundial. El derecho humano a migrar se choca de bruces con las políticas de control migratorio, que generan muerte y sufrimiento a millones de personas obligadas a huir de sus países.
El Mediterráneo sigue siendo la ruta migratoria más mortífera. 1.246 en lo que va de año, según el proyecto Missing Migrants de la Organización Internacional de Migraciones. Pese a todo, es la cifra más baja de los últimos seis años, en los que esta frontera natural entre Europa y África se ha cobrado las vidas de más de 18.700 personas.
El 2018, España batió sus récords de llegadas de migrantes en patera a sus costas y se convirtió en el primer puerto de entrada europeo. Más de 56.000 migrantes llegaron al país. Sin embargo, en 2019, las cifras se han reducido a la mitad, con menos de 25.000 llegadas por vía marítima, según el Ministerio del Interior.
Estados Unidos es el primer país de destino de los “migrantes internacionales”, según el último informe de la OIM, con 50,7 millones. Las migraciones, sobre todo las del sur de América, se han convertido en uno de los principales caballos de batalla de Gobierno Trump.
Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para las los Refugiados (ACNUR), hay 70,8 millones de personas que se han visto obligadas de huir de sus hogares. La mayoría son desplazados en otras zonas de su país, pero 25,9 millones son refugiados fueras de sus fronteras. Hace 20 años eran 14 millones.
Respecto a la infancia, la OIM estima que hay alrededor de 31 millones de niños que migran en el mundo. Hay alrededor de 13 millones de menores de refugiados, 936.000 menores solicitantes de asilo y 17 millones de niños que han tenido que desplazarse dentro de sus países.
No obstante, son muchos los que emprenden solos su viaje. Son los más vulnerables. En España, bajo el estigma del acrónico MENA (menos extranjero no acompañado), hay alrededor de 12.000 niños que han migrado solos.